[...] y furiosa gruñí: -"¿Como te has atrevido a romper mi corazón?" al mismo tiempo en el que comenzaron a caer lágrimas por mi rostro, no podía controlarlo, no podía parar, sentía un vació en mi pecho, una angustia de no acabar. No podía creerlo, todos los días abría los ojos y sentía el mundo en mis manos contigo a mi lado, y pensar que mañana despertaré siendo solo una más, no podía pensarlo, no podía aceptarlo. Salí corriendo, entré a mi casa, lo primero que hice fue caminar hacia mi cuarto, cerrar de un portazo, y echarme en mi cama a llorar, enjuagando mis lágrimas en mi almohada. De tanto dolor y llanto, quedé hundida en un sueño profundo, en el que estaba tranquila, en paz, sólo soñando mis deseos reprimidos, mi pasado, mi infancia, como así lo decía Freud. Al despertar, me senté, y comprendí que esto me sucederá mil veces.. que esta no iba a ser la última, aunque si fue la primera. Comprendí que hay que mirar adelante, y vivir el hoy, porque si él no me tiene, es porque él no lo quiere, asíque ¡Chau! no más derramar lágrimas por el pasado, que bastantes tendré que derramar en el futuro (porque nada es fácil, y menos la vida).