En comunidad.

 Así decidí vivir el resto de mi vida.

Me quiero casar con vos acá, así. Sería perfecto.
Bah, si es con vos, ya es perfecto.

Venía bien. Todo perfecto. Creía que tenía uno o dos problemas, nada de no solucionar, me sentía limpia de pecado todo el tiempo. Y qué pasó? no sé, algo en el circulo vicioso que me hacía sentir bien se rompió, se quebró, ya no lo tengo, ya no está o simplemente se transformó. Quizás el echo de que este año gire en torno a Bariloche se me está yendo de las manos, realmente. Aunque pensé que era a una de las pocas que no les pasaba, se ve que terminó siendo al revés, no demostré mi locura por irme, pero ahora se está reflejando en todo. Pero no es sólo eso, estaba ciega, no veía más allá de mi, y ahora puedo observar, y darme cuenta la cantidad de pecados que tengo todo el tiempo y no los noto, y no los puedo cambiar, y ahora es cuándo me acuerdo del retiro de pascua, y de que aún no pude correr mi piedra.

Cuando pienso dos segundos en esto que siento todos los días desde hace poco, me doy cuenta de lo loco que es. No puedo creerlo, en muchos momentos del día pienso lo estúpida que soy por sentir esto, o lo que deben pensar mis amigas cuando les hablo tanto de vos, tanto, tanto, y te vi cinco veces, y hablamos tres, y nunca pasó nada. Pero es increíble, te veo y se me para el corazón, es como sí, se detuviera el tiempo, y todo alrededor, solamente siento un ardor en mis cachetes, y tus ojos, es lo único que veo. Hasta que respiro, me despabilo, y sigo en lo mío. Todavía pienso qué poco aproveché la charla mínima que tuvimos, como me dejaste muda, me callabas con cada palabra, no por lo que decías, sino porque me gustaba escucharte, y verte sonreír, era lo único que quería hacer, no tenía ganas de hablar, y es lo único que tengo ganas de hacer ahora. Verte reir, y hablar, hablar sin parar. Quizás esto se me pase rapidísimo, pero hoy por hoy, es muy extraño lo que causaste en mí, no lo puedo creer, solamente lo puedo sentir.